Triple crimen de Florencio Varela: la misteriosa figura del hombre de tez blanca, canoso y con una Glock

La ampliación de la explosiva declaración indagatoria de Celeste Magalí González Guerrero (25), quien vivía en la casa donde fueron hallados enterrados los cuerpos de Lara Gutiérrez (15), Morena Verdi (20) y Brenda del Castillo (20) dejó a los investigadores muchas certezas, pero también muchos interrogantes.
Una de estas dudas se centra en una persona clave en el caso, a quien la imputada supo describir, pero no identificar por su nombre ni por las imágenes que los investigadores le mostraron, de la mano del fiscal de Homicidios de La Matanza, Adrián Arribas.
González Guerrero la describió como “un hombre grande, de tez blanca y que tenía canas”. Dijo que creía que era de nacionalidad peruana, que no tenía tatuajes en los brazos, detalle que recordó porque estaba arremangado.
La joven agregó que vestía ropa deportiva y tenía una pistola Glock. Este no es un simple detalle. En los allanamientos realizados en una de las casas de Tony Janzen Valverde Victoriano (20), más conocido como “Pequeño J”, se secuestró un arma similar con varias municiones que estaban escondidas adentro de un colchón.
“No sabemos quién es, no existe una foto. Dudamos de lo que declaró”, dijo a Clarín un investigador policial. Mientras que uno de los abogados de las familias sostuvo que esa persona que Celeste describió no existe o bien lo dijo para desviar la investigación.
González Guerrero mencionó el hombre de tez blanca, canoso y con la pistola Glock en dos momentos. El primero, cuando abrió el portón de la casa de la calle Chañar 702 de Villa Vatteone, en Florencio Varela, donde aparecieron los tres cuerpos.
Cerca de las 21.30 del viernes 19 de septiembre llegaron al lugar Lara, Brenda y Morena junto a quien la imputada declaró que era “Julio” (o “Pequeño J”); “El Duro”, a quien reconoció como Víctor Sotacuro Lázaro (41); y el hombre del gran interrogante.
De este último dijo que era quien manejaba la camioneta Chevrolet Tracker blanca y que a su lado estaba Sotacuro Lázaro.
El fiscal Arribas le preguntó a la imputada si podía identificar con nombre y apellido a este hombre, pero recibió una respuesta negativa de la mujer. También le mostró diferentes imágenes de personas que conforman el expediente como sospechosos, pero tampoco pudo reconocerlo.
En otro tramo de la declaración, González Guerrero se contradice y afirma que recién a las 4 de la mañana del sábado 20 fue que vio al hombre con la pistola Glock en mano.
En ese horario la mujer se ubica nuevamente en la casa. Dijo que regresó luego de vender droga durante toda la noche en una esquina de Florencio Varela. Cuando llegó, su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva (25), le confesó que había matado a una de las chicas cuando intentó escapar.
Ambos fueron a un kiosco de la zona a comprar elementos de limpieza y a una estación de servicio para cargar dos bidones de nafta. Cuando regresaron, le pidieron a Celeste que dijera donde quedaba una zona descampada cercana a su casa.
La mujer los llevó en la camioneta. Era el segundo contacto que tenía con el misterioso hombre de tez blanca. El viaje también lo compartieron “Pequeño J”, Sotacuro Lázaro y “Nero”, un chico de 18 años identificado con el nombre José que ayudó a hacer el pozo en la casa donde aparecieron las chicas.
Los tres hombres se fueron del lugar en un auto de aplicación y la mujer regresó con el hombre en la camioneta. “Habremos tardado unos 15 minutos en ir y venir hasta el descampado”, afirmó. Esa fue la última vez que Celeste lo mencionó en su declaración.
Luego solo aclaró que cuando volvieron a la casa, su pareja y el hombre guardaron camas, colchones y sábanas en la camioneta y volvieron al descampado, donde la prendieron fuego.
Una vez solos en la casa, González Guerrero le preguntó a su pareja a quién había asesinado y que le dio a entender que fue a Lara por una situación que le relató al instante.
“Me dice que él le dijo a Lara que si le hacía el amor rico al sujeto que tenía un arma Glock a lo mejor vivía. Miguel me dijo que ese hombre le dijo a Lara que se iba a morir igual pero no iba a sufrir como las otras”, declaró.
En ese mismo acto le exhibieron un video a la imputada en el que pudo reconocer a quien portaba la Glock en el momento que le relató Villanueva Silva, pero no aclaró si se trató del mismo hombre que ingresó manejando la Chevrolet Tracker “de tez blanca y que tenía canas”.
Fuente: www.clarin.com